Cuando Brian Heidenreich asumió el cargo de director de la Escuela Primaria H.D. Berkey en Arnold, Pensilvania, hace dos años, tenía un gran reto por delante. El colegio, con un alto índice de pobreza (Título I), que atiende a alumnos y alumnas de primero y segundo curso, acumuló 69 días de suspensión entre septiembre y diciembre solamente. 

Heidenreich llevaba tres años enseñando en otro colegio del distrito New Kensington-Arnold, por lo que conocía los problemas de conducta y las elevadas tasas de suspensión que afrontaba la escuela H.D. Berkey. 

«Cuando asumí la dirección, mi primera gran iniciativa fue adoptar ClassDojo», comenta Heidenreich, quien, como profesor, ya usaba la plataforma para conectar profesores, alumnos y alumnas, y familias y lograr comunidades de aula positivas. «Pudimos reforzar el buen comportamiento con ClassDojo y con una buena comunicación con las familias.»

Una nueva herramienta de comunicación

Heidenreich esperaba ciertas reticencias iniciales del profesorado ante la nueva plataforma de comunicación, pero afirma que la mayoría estaba entusiasmada de contar con una nueva forma de comunicarse con las familias y motivar a los alumnos y alumnas por el buen comportamiento. ClassDojo alivia la presión a los docentes, quienes de otra manera tendrían que llamar o enviar correos electrónicos constantemente para mantener a las familias informadas del progreso y los desafíos del alumnado.

«Ahora el profesorado tiene una buena forma de enviar mensajes rápidos a las familias durante el día o por la tarde», afirma. Se anima al profesorado a compartir tanto comentarios positivos como negativos con las familias, y a usar la plataforma para cultivar relaciones. Muchos usan ClassDojo para publicar historias de clase semanalmente, incluyendo fotos de actividades divertidas, recordatorios de exámenes, capturas de pantallas con consejos de deberes y demás información relevante. 

Con un porcentaje alto de alumnos y alumnas afrontando dificultades socioeconómicas en sus hogares, H.D. Berkey se esfuerza por crear experiencias educativas positivas para estos niños y niñas. También integran la diversión siempre que pueden. Por ejemplo, en la reciente Read Across America Week, los estudiantes llevaron disfraces estrafalarios y posaron para fotos que se incluyeron en las historias de clase de dicha semana.

El objetivo era doble: que los niños disfrutasen el evento nacional mientras se reforzaba la importancia de la lectura y los deberes en casa. «Cuando los estudiantes muestran interés por cosas más allá de aprender», apunta Heidenreich, «el colegio se vuelve un lugar mucho más agradable y motivador.»

Las suspensiones estudiantiles se desploman

ClassDojo ha tenido un efecto extremadamente positivo en la tasa de suspensiones de H.D. Berkey, que bajó a solo dos—desde 69 en el mismo período—en solo dos años. Heidenreich indica que el colegio sigue revisando sus informes de asistencia para medir el impacto de ClassDojo, pero apunta que la reducción de días de suspensión y de conductas inapropiadas es una verdadera prueba de la contribución de la plataforma. 

«Creo que hay muchos factores, pero pienso que ClassDojo ha contribuido a esos menores índices de suspensión», añade Heidenreich, quien también destaca que el clima y el ánimo en el colegio han mejorado considerablemente. Los incentivos ligados a eventos como “March Madness”—y enfocados en lograr 40 puntos de ClassDojo por buen comportamiento—refuerzan el ambiente positivo en el centro. 

«Elegimos 40 como objetivo porque es alcanzable para todos y todas, pero exige trabajar duro para lograrlo», explica Heidenreich. ClassDojo también favorece el trabajo en equipo y la camaradería entre el alumnado, que se anima mutuamente para cumplir las expectativas—un apoyo entre pares que fomenta el liderazgo en los estudiantes.

Siempre buscando el siguiente objetivo

Al reflexionar sobre la escuela de hace dos años y la que dirige actualmente, Heidenreich destaca que el mayor cambio es que ahora la conducta se aborda desde una visión positiva y no punitiva. 

«Antes todo giraba en torno a las consecuencias negativas; ahora vamos hacia el uso de ClassDojo para la positividad», afirma Heidenreich. Ahora, por ejemplo, el alumnado trabaja constantemente para lograr un nuevo objetivo o recompensa. Cuando alcanzan los objetivos, pueden acceder a la “sala de premios” para recoger los premios por los que han trabajado. 

Heidenreich señala que ClassDojo también elimina la necesidad de enviar papeles a casa, que muchas veces no llegan a las familias. Incluso si llegan, suelen estar arrugados o ilegibles. «Una mochila o carpeta puede regresar al colegio intacta», explica, «pero sabemos que las familias siempre tienen móviles, así que tenemos la certeza de que reciben las notificaciones que enviamos usando ClassDojo.»

Positividad contagiosa en todo el colegio

En cuanto a la comunidad, H.D. Berkey usa la plataforma de comunicación para desarrollar y distribuir folletos sobre actividades como animación deportiva infantil, campeonatos de lucha y otras oportunidades para compartir con padres, madres y alumnado. La estrategia funciona: este año, la liga infantil de lucha registró su mayor participación con 90 alumnos y alumnas. 

«Nos agradecieron personalmente que difundiéramos su folleto en ClassDojo, ya que todas las familias lo vieron», indica Heinrich, quien destaca que las verdaderas fortalezas de la plataforma son su inmediatez y una positividad contagiosa, que animan al alumnado a mostrar buen juicio y comportamiento en el colegio.

«En cuanto los estudiantes oyen el ‘ding’, saben que otro alumno o alumna acaba de recibir un premio. Observan cómo lo consiguió y tratan de imitar esa conducta», comenta Heidenreich. «ClassDojo es una herramienta positiva que aumenta la comunicación entre familias y el colegio, así como entre estudiantes y profesorado.»