"El 48% de los alumnos ahora lee al nivel de su curso. El ausentismo crónico bajó del 37% al 17%. Más de 200 familias participan activamente con el colegio cada mes."

Brittany Daley
Directora del colegio de primaria Hamilton
Del 9% al 48%: El camino de un colegio hacia una mejor lectura y asistencia
Hace cuatro años, estos números parecían inalcanzables para el colegio de primaria Hamilton. Los resultados de lectura eran críticamente bajos. El absentismo era elevado. Y la mayoría de las familias—muchas de ellas hablaban otros idiomas además del inglés—se sentían desconectadas de lo que ocurría dentro del aula.
«Teníamos una brecha de confianza», indica Brittany Daley, directora de Hamilton. «Las familias no se sentían vistas, escuchadas ni bienvenidas. Sin esa conexión, era difícil que los niños prosperaran.»
Daley sabía que, para cambiar la situación, las familias debían sentirse verdaderos socios—no solo participantes. Eso implicaba abrir puertas, cambiar mentalidades y elegir herramientas que facilitasen la comunicación de forma sencilla e inclusiva.
Traducir la confianza
Hamilton adoptó ClassDojo para ayudar al profesorado y personal a comunicarse con las familias superando barreras de idioma y alfabetización. Los mensajes se traducían automáticamente. Las fotos y vídeos del aula ofrecían una ventana abierta al aprendizaje. Y las familias tenían una forma sencilla de responder sin miedo a malentendidos ni necesidad de un intérprete.
«ClassDojo facilitó la comunicación clara y respetuosa con cada familia», dice Daley. «Fue la base de la confianza.»
Esa confianza se transformó en participación. Y esa participación se convirtió en colaboración.
Primero la alegría, luego el aprendizaje
El equipo de Daley no comenzó pidiendo apoyo académico. Se centraron primero en invitar a las familias al centro educativo, sin presiones ni expectativas.
Había clases de arte extraescolares. Viernes Familiares mensuales. Una campaña de disfraces de Halloween con juegos y caramelos. Una celebración de Read Across America donde el profesorado repartía plastilina Play-Doh.
«Estos eventos no iban de enseñar», asegura Daley. «Iban de alegría. Y cuando creas alegría y confianza, las familias empiezan a participar más.»
Y así fue. Con el tiempo, pasaron de 10 familias a 200. Muchas de ellas empezaron a impulsar sus propias iniciativas—como una tienda de ropa, un centro de distribución de alimentos y un club de lectura familiar.
Enlazando con el aprendizaje
Una vez asentadas las relaciones, el centro añadió capas académicas a la participación familiar. Al centrarse el colegio en la enseñanza de la fonética, el profesorado envió actividades personalizadas a casa a partir de los resultados de las evaluaciones de cada alumno o alumna.
En las reuniones con familias, los mismos alumnos enseñaban dichas actividades a sus acompañantes.
«Fue un enorme cambio de mentalidad», explica Daley. «No solo pedíamos ayuda a las familias, sino que les dábamos herramientas para sentirse seguras de cómo ayudar. Y eso lo cambió todo.»
Resultados que importan
Hoy, casi la mitad del alumnado de Hamilton lee al nivel de su curso—un gran avance respecto al 9% de hace unos años. El absentismo crónico ha bajado más de 20 puntos porcentuales. Y la implicación familiar no solo es constante, sino que se sostiene por sí misma.
«Las familias no solo asisten—lideran», indica Daley. «Esa es la diferencia.»
Casi la mitad del alumnado de Hamilton lee al nivel de su curso—antes solo era el 9%.
Integrado en todo el sistema
Daley cree que estos resultados no vienen de un solo programa ni de un solo producto—sino de apostar por la implicación familiar como prioridad escolar.
«Si algo importa, hay que integrarlo en cada sistema: reuniones de asistencia, planes de lectura, reuniones de personal. Para nosotros, la implicación familiar no era un departamento—era la perspectiva con la que actuábamos.»
ClassDojo sigue siendo el centro de ese trabajo. El profesorado lo usa a diario. Las familias confían en él. Y es un recordatorio constante de que la conexión está en el corazón del aprendizaje.
La clave
«Cuando las familias se implican, los niños y niñas tienen éxito», afirma Daley. «A veces tratamos estos conceptos como si fueran cosas separadas. Pero no lo son. Están completamente conectados.»
En el colegio de primaria Hamilton, la conexión empezó con una silla. Creció con ClassDojo. Y sigue transformando el futuro de cada niño y niña, cada día.